paralelas se abren y se cierran al paso
veloz de las esquinas que sostienen el
cuadro y la matriz oscurece el manto
que se reguarda del día y la noche
la tensión se sostiene vibran al viento
creciendo sin voz hasta su muerte
desnudando esqueletos cubiertos
transformándose en ríos a mares
de alegrías a llorar
el placer del principio
el placer del final
Diosa vacía sin aliento sin alma
le pregunto: de dónde viniste?
Ella, aún con su magia, me contesta
de la primera estaca que se hizo raíz
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