aferrando fuerte su cuerpo
rosando caricia su suavidad
sangra en ritmo sobre el
lenguaje sin límites de su piel
Diosa seductora cómplice eternidad
desnudándose Hoy en futuros
estirando su agonía en pausas
hasta morir
viaja en mi pulso acelerando
el latido pensándola sin fin y al
final de su existencia vive en
cementerios a oscuras
al recordarla, regreso a sus tumbas
en la oración silenciosa sin perder
su esencia la respiro en religión susurro
entonces Ella llega, siempre
en algún día sin hora
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