le dedico mi contemplación
hasta que el instante se transforma
en historia, y en ese atisbo recuerdo
su felina figura emerge desde la frontera
del misterio en su media mirada penetrante
Diosa de paisaje romántico mostrando
parte de su infinita seducción modelando
sus huracanes en mis descontroles y en
cada ráfaga de su imagen, el deseo
su piel a luz abismo sembrando
eslabones donde las rosas sangran
a su congelado jardín Mujer, las
cuerdas tejen sinfonías de perversión
y en la ópera de mis demonios
la terraza es un caos adorando su religión
como un vil ser humano
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