tormentas de extremos,
devoradas por el simun
lacerando el cuerpo
hasta que el cielo fuego
cae sobre el desierto
vencido por la venganza
la voz como trueno sobre la piel
en lonjas, quema en resonancia
recorriendo el templo, clavando
el puñal en la herida abierta
de esas 3 estrellas negadas
el cuerpo muere por dentro,
el Universo no es el mismo
sin esos brillos y se pudre
por la mentira justicia de oír
una sola campanada
pero, solo fue una pesadilla
por fin...
el descontrol regresó
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