aguijoneado por el hambre,
rompo la línea del finito laberinto
escalando en decisión el primer muro,
escapando de las energías apagadas
de un Mundo cuadrado
los caminos son distintos sobre
el desierto de lo construido
y el infinito se curva olvidándome del cementerio,
ensordecido por el silbido ancestral que me envuelve
pero… solo subí para encontrarte…
y ahí estaba la señal, como siempre
en la primera estrella de la tarde
sobre la cordillera anunciando Tu llegada
en la nada oscura que me completa
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