bullicio bestial de sol,
descontrol de luces,
me dejo hundir en mi tumba
sordo a la brillante existencia
oculto mi oscuridad observando
como el horizonte se deforma
y el viejo silbido me despeina
la voz ronca me despierta
en umbrosa sinfonía y riego de cielos
abrazando lo plano
la ciénaga gris crece,
reflejando mi muerte
que no huye del bautismo
el espejo suelo vivo mutila mi cuerpo
las sombras en los cielos
lloran
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