rechazando lo negativo tanto dentro
como fuera de mí, el celeste color se
pierde en el límite lejano de mi vista,
el ojo se cierra y bajo el parpado índice,
la activación de lo profundo flamea
entre ráfagas de silencio
tan lejos de la unidad, la selección natural
bombardea a los sentidos en el frío mausoleo,
el cuerpo amenazado a la tercera ventana
encierra el espíritu en ciega mirada
perdido, encontrado, religión de conquista
intentando vencer la prisión encarnada,
no existe castigo ni sufrimiento, solo una
presente resistencia a la muerte
donde lo que no le sirve al futuro,
es el horror al fuego
por temor a que este no termine
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