fuera del cementerio el sueño comienza a incendiarse
en nuevo recorrido y mi color favorito despierta en el
laberinto donde la energía es encontrada transitando
deportivamente la gris via pintándola a colores diferentes
el auro en su calor perdido solo alumbra el llano congestionado
camino sin cuello y la maquina enroscada sigue moliendo ideas
respirando escarcha mirando mis pasos entre el paisaje cuadrado
entro al bullicio y en un ademan de hola generalizado sin hablar,
la caja de cristal me engulle y me sumerjo en la brea que en
espejo sin fondo me mira apagando el descontrol terremoto
me escapo sin irme al no lugar
el espacio abre la nada, la oscuridad sin rostro me besa y mis
bardos comienzan a delirar escribiendo en mi loca cabeza
Ella llega como tiniebla, me invade con su colección de sentidos
y como el último pensamiento que tengo de la Diosa Gótica antes
de morir…
se convierte en el primero antes de existir
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