Mi cadáver vivo se entierra
lentamente en mi leal saludo
sardónico, en reverencia a mis
ojos vítreos y vacíos donde se
desgarra el reflejo de la luna
dislate trafico horrísono
la sintonía se pierde
la realidad se apaga
en el origen del color frío infinito,
las ideas no descansan
viajeros pensamientos de la oscuridad
y sus viejas nuevas historias
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