la oscuridad besando el día
hasta extinguirlo en esa pasión
que lo mata lentamente,
llevándolo a sus abismos,
cerrándole los parpados,
anunciándole en susurros y
sin lamentos, el deseo de enviudar
en fría calma su peso
me aborda, entregándome su alma,
ofreciéndome las brasas de su cuerpo
hasta las cenizas del amanecer
dulce encantadora de mi mente,
se desnuda insoportablemente
natural, seductora en esa inmensidad
imposible de cubrir con mis deseos
es un premio tenerla , me corta la actualidad
pensar en Ella, no me hace cambiar
la realidad, pero me transporta
a otro presente paralelo donde el
descontrol es un mapa distinto
en el mismo lugar de siempre,
donde no existen espacios
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