experiencias emocionantes,
mundos de fuegos,
en tiempos profundos
deformes seres perfectos
dos soledades se juntan,
sin plan de vuelo,
viajando al cerro más elevado
en la cima, donde las estrellas
se muestran inmensas, en el medio del desierto,
somos el centro, recostados mirando la inmensidad
su voz dulce ni siquiera rompe
el silencio, preguntándome: ¿Qué hora es?
sin mirarla solo busco su mano
aferrándola con fuerza contestándole: Media Noche
apenas dos huéspedes,
en un lugar donde no existe la seguridad
con la misma posibilidad…
de no estar solos
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