martes, 6 de junio de 2017

canto oscuro 30


Adentrándome en el denso bosque
que me devora en una sola mordida,
avanzo torpemente entre los
centinelas que sostienen la oscuridad,
cerrando los ojos a la pureza de brea,
me dejo envolver por ese silencio que despierta

sin orden numérico la guardia nocturna,
sin moverse, me abre paso hacia el corazón
de los momentos

Ese lugar donde no se crea, ni quita.
Ese lugar donde no se destruye, ni entrega.

El pasado sonriente invocado para
rescatarme 

El pasado unitivo que me libera
de mí mismo

al abrir los ojos, me encuentro
en el reflejo, que ya no ilumina
un desierto

simplemente…



revela una noche estrellada

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