quieto en la fría/templada tarde,
moviliza mi animal pensante,
al ver los arboles casi sin lágrimas
que dejaron de silbarle al viento
la altura se amplía sin límites,
al terminar el medio giro
muerto de oscuridad, muerto de estrellas,
la noche es mía por gracia de mi sombra,
entrando y saliendo de la vida
dejando el encierro
cuando el llamado me destierra
No hay comentarios:
Publicar un comentario