delgada y traicionera frontera
de equilibrio mentiroso
de un lado y del otro
los abismos me esperan como fauces
en esa oscuridad que sabe esconder
los intentos en lamentos y degradación,
transformando lo humano en miseria
fría posición fetal estancado por ayuda
pero…
el ritmo es constante, allá afuera,
siempre llama
no importa si el hacha desafina,
aún sigue siendo música
cuando no veo,
puede oír
cuando no oigo,
puede ver
siempre está el próximo latido…
que me ayuda a sentir
aún cuando la maquina
siga moliendo carne
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