lunes, 5 de junio de 2017

canto oscuro 22

el eco de sus tacones
jugaban con el silencio
del amplio salón en penumbras

cada paso despertaba la curiosidad
en su ajustado vestido

cada paso era el llamado
a perderse en el abismo

cada paso, una confesión


en la oscuridad,
la sombra oculta
mira el movimiento sensual
de sus caderas, en busca
del solitario encuentro

la negra casilla la devora,
desapareciendo lentamente

momento del susurro,
el momento del cuervo

la luz muere a lo vivido en imágenes,
hasta hora, de viejas historias

cada recuerdo calienta
y una pequeña gota de sudor
comienza a viajar por entre sus senos,
el deseo de viejos hechos se hace presente

de rodillas, mirando hacia la ventana de la nada,
la Mujer se sorprende al oír la voz ronca a su oído

“no existe penitencia para lo que me has dicho”,
mientras una garra invadía sus pechos,
“el perdón no existe”, y la otra garra
acariciándola entre sus piernas

las sensaciones la invaden



instintivamente abre sus piernas
y el sediento demonio bebe desesperado
la lluvia divina en el lugar prohibido
como arena de desierto absorbiendo
toda la humedad, 

flashes de tormentas
descargando su energía en la boca
del insaciable hombre sin religión

nuevos pecados fluyen del templo
y mueren en la fosa de la perdición

la agitación en un suspiro final agotador

el alivio para Ella,
la satisfacción para Él

poco razonable,
nítido y vivo

el punto muerto

sin memoria

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