refugiado en las tinieblas,
lejos de la claridad viviente,
grabando en la pantalla
fantasmales movimientos
que me invitan a entrar
por la abierta ventana
vestida de dorado viento
sin interrumpir su soledad amorosa,
la dama viaja de abismo a abismo
como una inquieta mutante entre
truenos mentales errantes de
ideas prohibidas
ligas agonizantes marcando
en anillo ese camino que no
es para cobardes mostrando
la vía del refugio para colarse, elevarse
oro de noche peinando de día,
construyendo imágenes,
descubriendo las puertas del infierno
siempre en una primera vez
siempre en nuevas experiencias
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